viernes, 28 de enero de 2011

Bel Ami

Lidita me ha sugerido que escriba sobre los libros que leo. Creo que entonces no pararía. Me encanta leer. Los que me conocéis lo sabéis, y cuando se trata de libros, no tengo freno. La razón que me ha dado es que "cuando yo le cuento de que van, a ella le gustan. Pero cuando se pone a leer, se aburre". Yo sé que me ha liado para ahorrarse leer "La caída de los gigantes", de Ken Follet, pero no se va a librar. Lo siento, VA A SER QUE NO.

El caso es que acabo de terminar "Bel Ami" de Henri René Guy de Maupassant. Es un libro que se publicó por primera vez en 1885. Su trama se desarrolla en los años posteriores a la colonización de Argelia por parte de los franceses (1830). El protagonista, Georges Duroy, ha sido soldado allí (más bien se ha dedicado a aterrorizar y extorsionar a los lugareños) y decide volver a París, pensando en obtener riqueza y reconocimiento sólo por el mero hecho de ser él. El libro comienza con un Duroy empobrecido y enfadado, porque hay otros que, habiendo llegado en su misma situación, tienen más que él. Se tropieza con un antiguo compañero de armas que le ofrece trabajo como periodista en el diario donde trabaja, le presta dinero para que se compre un traje y lo invita a comer a su casa. Ahí Duroy conoce a la esposa de su amigo y a una amiga de ella, y comienza la acción.

No sigo. No os voy a destripar el libro, por si queréis leerlo, pero dejadme que os describa al personaje principal. A pesar de que se publicó hace más de un siglo, sigue siendo actual. Duroy no es un hombre inteligente, ni trabajador, pero es muy atractivo y ambicioso. Se cree merecedor de la fortuna de los demás, pero no piensa en hacer méritos para conseguir una por sí mismo. Al descubrir que tiene talento para atraer a las mujeres, se dedica a sacarles dinero, a utilizar sus conexiones sociales, a aprovecharse del amor que ellas sienten por él. Aunque les hace creer que las ama, Duroy sólo se ama a sí mismo. Siempre envidiando la fortuna de su amigo y aprovechando que éste está enfermo, llega a conspirar para quedarse con su puesto en el periódico, con su mujer y su casa. Lo consigue, y sigue ambicionando más, nunca tiene suficiente. Se inventa un origen noble, separando su apellido (de Duroy a Du Roy) y añadiendo un nombre parecido a la ciudad de la que procede (sus padres son taberneros). Su ambición no tiene límites. Consigue llegar a lo más alto de su profesión, sin haber pegado un palo al agua, sin merecerlo, y dejando en el camino a más de una mujer destrozada (tened en cuenta de que se desarrolla a finales del siglo XIX, cuando las mujeres teníamos que pedir permiso hasta para respirar). Piensa en que todos están en su contra y que se aprovechan de él (eso de que piensa el ladrón que todos son de su condición), y utiliza esa actitud como excusa para pisotear a todo el que puede, incluyendo a su esposa, sus amantes y sus amigos.  Y hasta aquí puedo leer (como en el Un, dos, tres)

He de confesar que elegí el libro porque han hecho una peli (bueno la segunda, hay una de 1946) basada en él y la protagoniza Robert Pattinson (el vampiro de la saga Crepúsculo). Me encanta ese niñato (sí, niñato, por lo menos para mí, que tengo edad suficiente para ser su madre); y además me da morbillo eso de ver una peli basada en un libro y sacar todos los defectos: me pirra. Pensé que iba a ser una historia romántica del estilo de Jane Austen, y me encuentro con una historia dura y cruel. Toda una sorpresa (y grata).

Bueno Lidita, como te he dicho, no te libras de leer a Ken Follet, entre otras cosas porque no puedo resumirte en un cafelito (ni en 100) las 800 páginas del libro. Agua y ajo.