domingo, 17 de julio de 2011

Prométeme que serás libre

Lidia siempre me sugiere temas para el blog, y siempre se me olvida lo que me sugiere. No es nada personal, es que ya las neuronas de una no son lo que eran, y se me están muriendo a puñaos, como los chanquetes. Ni sudokus, ni juegos de Wii para la mente, ni pollas en vinagre. Se mueren y punto. De lo poco que me acuerdo es que me pide que cuando lea un libro y sea interesante, lo comente. En verdad, lo que quiere es que se lo resuma, porque es mu floja y no se los lee. Es como el que ve la peli para no leerse el libraco. Otra excusa para no hacer estos resúmenes es que si tuviera que escribir una entrada por cada libro que me leo (o releo), tendría el récord Guiness de entradas en un blog.

En fin, que me he sentado hoy en mi jardín al fresquito (cosa que no hace todo los días y menos con poniente) y me ha dao por escribir en vez de leer -y así le doy un descansito a Oscar Wilde y sus obras de teatro en perfecto inglés, of course-.

El libro de hoy es "Prométeme que serás libre" de Jorge Molist. Trochaco de un montoncillo de páginas y que, nada más leer el primer capítulo, tuve que dejarlo. No porque fuera malo, sino porque me harté de llorar. La historia es un poco triste, pero es preciosa. Ya os digo que con las primeras 20 páginas lloraba a moco tendido. El libro está ambientado en Barcelona en el año 1492.  Jorge Molist refleja la situación política tan compleja, no sólo en Cataluña sino en toda España, y la situación social aún más difícil de esos tiempos, sin caer en tópicos o típicos, con claridad y objetividad; aunque Jorge Molist es catalán, no somos el resto de españoles los malos, como se ve reflejado en otros libros de autores catalanes. Creo que lo hace desde el punto de vista que mejor conoce, y lo hace con sensibilidad. Trata temas como los conversos, la ceguera de los tribunales de la Inquisición, y la facilidad para vengarse utilizando la religión como excusa. También el perjuicio económico que supuso la huida (primero y expulsión oficial después) de los judíos, que ocupaban gran parte del tejido económico e industrial de la sociedad española -eran las PYMES de aquella época-, el maltrato que sufrían los campesinos por parte de los señores, prácticamente esclavitud, la dureza de las leyes con los menos afortunados, la estrechez de miras y la bondad en quien menos te lo esperas.

Es la historia de un niño que queda huérfano al atacar unos supuestos piratas sarracenos el poblado pesquero donde vive. Su padre es respetado por todos, y casi un jefe, pero lo matan en la lucha (el título del libro son las últimas palabras que le dice su padre). Secuestran a su madre, a su hermana y a su amiga (su novia) para venderlas como esclavas. Sólo quedan en el pueblo él y su hermano pequeño, al cuidado de su futuro "suegro", y aquellos pocos que consiguieron sobrevivir. Los atacantes además se llevaron la barca de su padre e incendiaron las demás para evitar la persecución. El que los cuida acaba suicidándose y a los niños los acoge un mercader barcelonés. Es este mercader el que les busca cobijo en un convento y encuentra un puesto para él de aprendiz en un taller de encuadernación. Es muy hábil dibujando y puede copiar letras. La única condición que le pone el dueño es que no puede aprender a leer. El incumplimiento de esta promesa y el enamorarse de una judía conversa es lo que le traerá todos los problemas del mundo. Es condenado a galeras tras librarse de un juicio de la Inquisición (por venganza, acusan a su maestro de ser converso y no cumplir con la ley católica, y consecuentemente, a todos los que trabajan con él) y ahí es donde descubre la verdad sobre el asalto a su pueblo. Termina mejor de lo que pensé al principio, pero no es un final feliz de comieron perdices.

Puedo contaros más, pero entonces sería destripar uno de los libros más bonitos que he leído. Jorge Molist tiene otros libros como "El Anillo" o "La Reina oculta", también buenos. Lo mejor de este autor es la sencillez con la que escribe. Eso hace que los libros sean muy fáciles de leer y te los tragas en un pispás. Así que lo siento mucho Lidita, pero este te lo regalo para tu cumple, fijo, y te lo vas a tener que leer. Además te advierto que no te hagas ilusiones: no pienso resumirte "La caída de los gigantes" de Ken Follet. Soy así de mala y disfruto con ello.

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